Reír al viento: personajes | SANDRA BARNEDA | WEB OFICIAL | Periodista. Presentadora de Tele5. Escritora. Finalista Premio Planeta 2020
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Reír al viento: personajes

Reír al viento: personajes

Álex, escritora; Blanca, yogi; María, abogada; Raquel, cantante y Hera, pintora son las protagonistas principales –junto a la isla de Bali– de Reír al viento.

Álex
“Después de hacer la lista, procedí a la compra: del 9 de agosto al 25 de septiembre. Mes y medio para reír al viento y aprender surf. Sin querer, este viaje se había convertido en una metáfora de lo que quería: aventura, riesgo, diversión, nuevos horizontes, líneas curvas y no rectas.”

Escritora experta en manuales de autoayuda en los que no cree, Álex tiene 43 años y apenas hace dos semanas que ha decidido separarse de su pareja, Gonzalo, con quien tiene un hijo de 12 años y una vida infeliz, vacía de pasión y llena de rutina. Para superar el dolor de la separación y encontrar su nuevo camino en solitario, Álex decide poner tierra de por medio y viajar a Bali. La idea es aprender surf y derramar las últimas lágrimas por lo que pudo ser y no fue en ese inmenso mar azul. Pero mes y medio en la isla mágica dan para mucho y lo que Álex vivirá durante ese tiempo no sólo calmará su dolor sino que le ayudará a conocerse a sí misma, aceptarse y quererse como tal, y a aprender, por fin, a ser feliz.

“Metida en ese avión, no podía imaginar cómo mi aventura en la isla iba a ser la decisión más importante que he tomado en toda mi vida.”

Blanca
“Me gustaba escucharla, su voz era una melodía curativa.; que seca lágrimas y construye optimismo. No se había vuelto a enamorar pero se había descubierto a ella misma: la mujer. Lejos de la madre, la pareja y la amante. La mujer que había permanecido durante todos esos años callada, escondida y desatendida. Me lo contaba sin reproches ni culpas, sino como una parte más de su aprendizaje.”

Con casi 60 años, viuda y madre de dos hijos, Blanca se siente en paz con la vida y con ella misma. Viaja dos veces al año a Bali, donde se funde con la naturaleza mientras hace un retiro de yoga y conversa con su sanador espiritual, Kemang, quien ya hace años que encaminó su existencia por nuevos senderos. Conoce a Álex en el avión que las lleva a Bali, en un viaje que las unirá para siempre y en el que Blanca, sin pretenderlo, se convertirá en la “madre” que Álex perdió siendo niña.

“Si hubiera comprendido mi esencia mucho antes, quizá mi vida habría sido mucho más consciente y reveladora.”

María
“¡Pobre María! Admiraba su valentía de, a menos de tres meses para su boda, cancelarla y emprender un viaje hacia el “quién soy y quién no soy”.

María, abogada española de 35 años, viaja con su hermana pequeña Raquel. Por distintas razones, ambas se han tomado un año sabático que empezaron hace meses por Australia. En Bali conocen a Álex y, desde entonces, las tres pasarán juntas gran parte de su estancia en la isla, conviviendo en una villa balinesa y experimentando con cada nuevo descubrimiento. Entre ellas se forjará una gran amistad a prueba de acontecimientos inesperados, temores, dudas, dolor y llanto. Y también juntas se divertirán como nunca.
“Era una mujer tremendamente valiente y con mucha valía, pero era incapaz de verse así. Estaba segura de que lo conseguiría y que tarde o temprano encontraría su camino.”

Raquel
“Raquel, en cambio, parecía tener bien agarrada la vida, haber entendido bien que la vida es, no hay que añadirle más, porque ella misma se va definiendo instante a instante.”

Cantante de Casiopea, un grupo de moda entre los adolescentes, Raquel es mucho más resuelta que su hermana mayor, más extrovertida y más alocada. Vive la vida intensamente y también el amor, al que se entrega en cada esquina. Este año sabático que se ha regalado para viajar por el mundo junto a su hermana lo dedica a escribir canciones para su grupo, cuando no está ligando con algún guapo surfero. Pero un acontecimiento inesperado hará que se replantee su vida. Álex y su hermana María la acompañarán en los duros momentos a los que habrá de enfrentarse, inexorablemente, antes de volver a España.

“Era como el viento, cambiaba de dirección sin previo aviso y era imposible de sostener en las manos. Libre, soñadora y llena de energía. Así era Raquel.”

Hera
“Aquella mujer era sinceramente fascinante. Tenía una dulzura fuera de lo común, una tranquilidad de espíritu que, sinceramente, empezaba a creer que la adquirías respirando el aire de aquella isla.”

Hera, antes Júlia, es una misteriosa, enigmática y encantadora mujer de 45 años que hace tiempo renunció a su vida en España –de la que apenas se sabe que era una escaparatista barcelonesa de éxito– para establecerse definitivamente en Bali y dedicarse a su gran afición: la pintura. Allí se ha convertido en una reconocida artista a la que todo el mundo adora. Homosexual, no se le conoce pareja y todo parece indicar que hace años renunció al amor. Álex tardará tiempo en reconocer a la gran mujer que hay tras ese nombre de diosa de diosas, de esposa de Zeus, pero cuando lo haga caerá rendida a sus pies.

“Hera me provocaba mucha curiosidad. ¿Qué le había ocurrido a esa mujer para dar un giro tan grande a su vida?”

Bali
“Playa, sol, compras, fiestas, templos. A eso podía resumirse mi viaje a Bali, el viaje de la mayoría. La isla te acoge y está dispuesta a ofrecerte lo que tú quieres vivir.”

La isla de Bali, “ofrenda” en balinés, la Residencia de los Dioses, se muestra ante Álex en todo su esplendor. Un lugar paradisíaco y lleno de misterio y magia que acogerá a la protagonista en este viaje iniciático que la trasformará en otra mujer, para siempre.

“En esta isla, parece que el tiempo va más lento, te deja espacio para vivir y reflexionar sobre lo vivido. Todo anda más en calma y las sonrisas son fáciles de encontrar.”