13 Mar Atrapada en un coche
Confieso que no sufro de claustrofobia, pero el pasado viernes se puso a prueba mi capacidad de aguante y cómo la tecnología, a veces, se puede volver en tu contra. Saliendo de una cena de amigos, acompañé a una amiga a su coche con la intención de que me dejara en casa. Abrió su coche con el mando a distancia; las dos entramos y cuando probó a arrancarlo, no sólo la batería se había fundido sino que comprobamos que nos habíamos quedado encerradas dentro sin poder salir. Todas las puertas quedaron bloqueadas y, por mucho que le dábamos a los botones, no funcionaba ninguno de ellos. Al principio me costó asimilar la situación, pensé que mi amiga me estaba gastando una broma, pero me duró pocos segundos, al verla apurada, tratando de desmontar la llave del coche para ver si era cosa de la pila. Las dos encendimos la linterna del móvil, al mío apenas le quedaba un veinte por ciento de batería. Llamé a mi pareja que estaba de viaje y compartimos estupefacción.