11 Dic La cuesta de Navidad
Después del puente de la Constitución y toda la resaca de su cuarenta aniversario, confieso que estoy preocupada porque todavía no he montado el árbol de Navidad. Se me ha echado el tiempo encima o puede ser un empeño por rebelarme a su llegada. Algunos intentamos que su espíritu nos llegue cuanto más tarde mejor. Es difícil esquivar el atronador volumen de los villancicos que ya suenan por doquier; complicado no chocarte con algún Papá Noel desnortado en alguna cafetería, e imposible no salir de noche e iluminarte con las lunes encendidas en las calles.